Y las aguas evocan una reflexión...


Silencios que comprenden, que penetran cada una de las capas, sus sofisticadas fortificaciones, y logran ver a través del orgullo, la ira, el prejuicio, la envidia, el miedo, el resentimiento... hasta alcanzar la intimidad y acariciarla. Silencios recíprocos y comunicantes en el campo abierto de la intuición; de mujer. Incómodos, iluminadores. Silencios físicos. El silencio previo a la guerra; cuando el pájaro reposa, el cañón despierta. Silencios acústicos, universitarios y musicales.


... Silencio...


Silencios de concentración, solo irrumpidos por el movimiento de las paginas de un libro. Vacíos y llenos. Silencios debidos, sugeridos, obligados. Los que ocultan la verdad y los que ocultan la mentira. Silencio de punzadas. La quietud de las aguas, absoluta y elevada; el silencio que pone en orden. El de la ausencia... El de la magia.

Silencios donde uno mismo se comprende como el sostén del sentido de esta existencia.


Silencios sin aliento que estallan en aplausos.

Algunos, con la mirada, dicen: "Venimos de un silencio antiguo y muy largo".
Son quienes han sufrido, aprenden y, después de haber escuchado, tienen algo que decir porque tienen que decir algo.

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