Linternas chinas, globos del deseo,
linternas del cielo




Y en una noche de fiesta y celebración, a caso la noche vieja de las últimas 12 campanadas, el festival de la Luna chino y taiwanes o la noche de San Juan de las brujas y las hogueras, entre cava, vodka y sake, decenas y hasta centenares de lumbres, cubiertas por un armazón de papel de arroz con una estructura metálica o de bambú, se alzan por voluntad de los deseos de quienes las encienden.



Una lluvia de estrellas obrada hacia arriba por la mano del hombre.




Centenares de emociones y pensamientos, propósitos y proyectos proyectados hacia la cúpula celestial con la fe y la esperanza de que la belleza de ese acto simbólico les responda con el cumplimiento de la petición.

Luciérnagas voladoras portadoras de lo intimo.

Por orden de su creación, en el interior de dicha linterna mágica hay una base de parafina que se enciende para que la llama esplendente caliente el aire dentro de la linterna, disminuyendo la densidad y permitiendo que se eleve hacia el cielo.

La linterna volante se mantendrá en el aire mientras siga viva la llama.
Si la llama se apaga, caerá hacia el suelo.

Asimismo, será con el deseo.


Mantener viva la llama en la ilusión y el golpe de remo. Ora et labora.


"Los dioses tienen los pies ligeros para el bendito perseverante" y aguardan su hora.

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