"Au"


El elemento número 11 de la tabla periódica, creado en el útero del núcleo colapsante de las supernovas. El metal más preciado. Adornador, siempre presente, en la tumba de un faraón.

El oro y su poderoso poder de atracción, codificado en su ADN.


La radiación lumínica, de un "amarillo" resplandeciente, que de si mismo se desprende, ha incentivado, cegado, motivado e inspirado.

Motivó la búsqueda del oro, como base del nacimiento de la América de hoy. Cegó a exploradores de nuevas tierras, siempre en defensa de un revolver con sed de riqueza que bebía de ríos de sangre. Inspiró la vida y obra de alquimistas que buscaron transformar sucia materia prima en el material más evolucionado, como símbolo del desarrollo espiritual al mismo tiempo. Incentivó el poder de las grandes bancas con un amasamiento que jamás pierde valor.



La obsesión del Dragón y el toque de Midas. El oro espiritual y el codiciado.

Pero ante todo y sobre todo, el representante de la realización, la culminación, el estadio más elevado, la perfección, la unión de las partes trabajando como un solo conjunto.

Maleable y dúctil.
En manos del joyero los quilates toman forma de un anillo pensado para una declaración. El símbolo del compromiso que pondrá a prueba, para separar o consagrar, el matrimonio.


Una consagración que puede ser avistada en un anillo de luz dorada cuando se encuentran Luna y Sol.


Eclipse

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